Ese fue el grito de guerra de este fin de semana en nuestra casa y con un café en mi mesa te cuento como fue…
Lejos quedan estas últimas Navidades en las que los Reyes Magos, tuvieron a bien dejarnos un traje de neopreno de lo mas bonito y útil si se quiere practicar este deporte en aguas gallegas. Un deporte que según he estado leyendo, nació en Hawái. Es curioso, porque los nativos aprovechaban las olas para pescar y volver a la orilla sin tener que nadar. Eso dicen. La idea es sencilla, mantenerse en equilibrio sobre una tabla, arrastrada por una ola el mayor tiempo posible y sin caerse al agua dirigiéndola a través de varias quillas situadas en la parte trasera de la tabla ¡Fácil!
¡Menos mal que no lo tengo que hacer yo porque estaría todo el tiempo intentado subir a la tabla!
A una de nuestras niñas le apasiona este deporte. Empezó el verano pasado y solo con ver todo el empeño y todas las risas que se echaba cada vez que subía a la tabla, ya nos dimos cuenta que sería una afición con la que ella crecería.
¡Pero si vivimos en una ciudad que a veinte metros de nuestro portal tiene una estatua dedicada a los surfistas!
Por lo menos había que probarlo. No te digo yo que aspiremos a llegar a ser una Stephanie Gilmore, ni mucho menos, solo con pasarlo bien, disfrutar, hacer ejercicio, aprender a respetar a el mar, trabajar con sus compañeras…Bueno, la verdad es que tiene muchas cosas buenas.
Preparamos todo y allí que nos fuimos. A la maravillosa playa de Bastiagueiro perteneciente al Concello de Oleiros, muy transitada por este colectivo de «locos por las olas» durante casi todo el año. No tiene muchas corrientes y solo es peligrosa en días de temporal, sobre todo en invierno, pero no era el caso y la marea baja casi te invitaba a pasear.
Cuando llegamos había mucho futbolista. De los que se traen las porterías, el botijo…¡vamos de los que no fallan ni un domingo!
En nada llegó nuestro profe cargadito de tablas y empezamos con el momento neopreno que es necesario y complicadillo. Sobre todo cuando salen cansadas…, pobrecitas ¡ni fuerzas tienen para quitárselo!
Luego un poco de calentamiento, muchos juegos, nos refrescamos con una carrerita a el mar, a por la tabla y a surfear… por lo menos a intentarlo.

Poquito a poquito.
Lo importante es hacer deporte, disfrutar haciéndolo, aprender cosas nuevas, y en nuestro caso con el surf, aprovecharnos de la suerte de vivir en una ciudad con un mar propicio para ejercitarlo y con tanta diversidad en escuelas que lo enseñan, y ya que una no puede, vivirlo con ellas, esto y todo siempre.
¿Y que me decís de ese momento Chanel nº 5?,… con esa Gisele Bündchen…¡Impresionante!
Como digo yo, en esta vida y en la manera en que se pueda hay que atreverse a probar.
(Algo así como salir del círculo de confort que dicen ahora).
Mil besos.
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...
Relacionado