HISTORIA DE NUESTRA MANTILLA

Con un café en mi mesa te cuento que nuestra mantilla es de esas cosas bonitas que tienes en casa, que no sabes si te la pondrás algún día pero que te encanta tenerla contigo y guardas como una verdadera joya…

Primero porque es preciosa y segundo porque es única. Esta bordada por mi suegra ¿Increíble verdad?

Ella, al igual que mi madre y muchas otras abuelas, aprendieron a coser de pequeñas y ahora igual te cogen el bajo de un pantalón que te meten una talla a un vestido ¡Qué envidia me dan! A mí, que me trajeron los Reyes Magos este año la máquina de coser y me dije, «la de cositas monas que te vas a hacer«, sin muchas pretensiones… una cartera de tela con cremallera, una bolsa super-especial para la playa… en fin, siempre hay tiempo de aprender y no pierdo la esperanza de animarme en cualquier momento (Todavía recuerdo la clase magistral que impartió mi madre en el salón de casa la mañana siguiente a la noche de Reyes. En un minuto paso el hilo y me hizo mil y una demostraciones.) Cualquier día me pongo y seguro que algo chulo se me ocurre.

Lo excepcional de esta mantilla es simplemente que esta hecha a mano por la abuela de la modelo de estas fotos. ¡Y no es poco!

Primero hizo una, para probar ¿Os podéis imaginar la de horas que lleva confeccionarla?

Fue a una pequeña clase y alguien le pasó el dibujo. Un dibujo en una fotocopia nada mas y ahí empezó todo.

Con papel de seda copió el dibujo de la fotocopia y con papel de calco lo paso a una tela.

Con un bastidor, la tela ya con el dibujo y tul, que es el tejido de la mantilla, empezó a bordar con hilo de seda por encima del dibujo hasta terminarla y dejarla así de bonita.

Hizo una que mi cuñada vio terminada y la animó a que hiciera otra para mí. Ya ha terminado las dos y no quedándose ahí, este año se casó el hermano de mi marido y está bordando la tercera y última ¡Qué paciencia yo no sería capaz! Su hija y sus dos nueras tendremos una. Es una auténtica joya por lo maravillosa que es, pero sobre todo cuando pienso en la cantidad de horas que habrá pasado haciéndola todavía la valoro mucho más.

No se si la pondré en un futuro cercano, o la tendré guardada de recuerdo, pero desde luego pasará a una de las dos nietas y siempre será una joya más en nuestra familia.